Este proyecto se enmarca dentro de las actividades del Agrupamiento Mburucuyá para promover adquisición de conocimientos para la comunidad educativa. Junto a Amigos del Viento y mediante diversas modalidades de trabajo, talleres, recolección y análisis de datos, se trabajará sobre fenómenos atmosféricos adversos que impactan, sus consecuencias y paliativos mediante la observación y el análisis de las condiciones concretas.
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viernes, 28 de octubre de 2011
jueves, 27 de octubre de 2011
Participación Segundo Seminario Internacional de Investigación sobre Educación Rural
sábado, 22 de octubre de 2011
miércoles, 19 de octubre de 2011
Necesidad de una base de datos de tormentas severas en Uruguay.
Resumen
El escenario meteorológico en nuestro país es de una constante variabilidad en las condiciones del tiempo meteorológico, además de una engañosa pasividad en cuanto a fenómenos extremos, al no poseer fuertes contrastes de temperatura o accidentes orográficos.
Pero, la ocurrencia de tormentas severas en nuestra región como también en Uruguay fue científicamente demostrada a través de estudios internacionales y nacionales, donde nos sitúan dentro de la región en segundo potencial en generación de fenómenos meteorológicos severos (vientos fuertes convectivos, tornados, granizo, o precipitación torrencial) en el mundo.
Introducción
La observación meteorológica de los parámetros físicos que regulan la dinámica de la atmósfera es fundamental para comprender su comportamiento en cortos y largos períodos de tiempo, para una posterior interpretación de los cambios espacio- temporales de estos parámetros con el objetivo final de simularlos en un modelo numérico.
Esta actividad requiere de herramientas adaptadas para tal misión, donde dependen en mayor o menor grado de la subjetividad del observador; una de estas herramientas es la observación directa de los fenómenos meteorológicos severos que se presentan en la atmósfera a través de sistemas de tormentas en diferentes escalas espacio- temporales.
Estas escalas limitan la efectividad de la observación directa, ya que las estaciones meteorológicas convencionales tienen un limitado rango de observación promediado en los 60 km de radio, pudiéndose observador desarrollos nubosos a grandes distancias a través de los fenómenos ópticos o sonoros que estos causan (relámpagos o truenos), pero no permitiendo apreciar los fenómenos que se están generando en las proximidades del desarrollo tormentoso.
En especial la nube de tormenta (cumulonimbus) depende directamente de su entorno o ambiente próximo para seguir desarrollándose, por lo tanto, lo importante que reviste el poder hacer observaciones lo más cercano posible a estos complejos de tormentas.
Existen herramientas de observación indirecta como son los radares meteorológicos convencionales o satélites meteorológicos, pero no son lo suficientemente eficientes en la observación a meso escala (meso alfa- entre 2 a 20 km, Orlansky, 1975), por tal motivo, la herramienta más eficiente sería la observación directa a través de una persona califica en el tema y con un soporte eficiente en la sistematización de la observación de este tipo de fenómeno.
Metodología:
1. Antecedentes históricos en la sistematización de las observaciones meteorológicas.
La sistematización de las observaciones ha sido la clave para obtener un porcentaje de eficiencia aceptable en las predicciones a corto y largo plazo, por lo tanto, se han confeccionado códigos y formas de transcribir los datos meteorológicos obtenidos a través de instrumentos meteorológicos o la observación directa independientemente del idioma o dialecto que tenga cada país o región en el mundo.
Las primeras observaciones fueron antes de Cristo a cargo de los filósofos, estos comenzaron a dejar redactado sus primeras apreciaciones del cielo (Aristóteles, 340 A.C); pero no fue hasta el S.XVII que las mismas fueron de forma sistemática y tratándose de una serie de lecturas de algunos parámetros meteorológicos en forma fragmentada.
Los fenómenos meteorológicos severos (vientos fuertes en zonas de tormentas o tornados) fueron sistemáticamente observados a partir de comienzos del S.XVIII en los Estados Unidos de Norteamérica a través del Ejército, ya que contaba con el personal y la logística suficiente para efectuar el trabajo, ésta sistematización fue la clave para la creación del Servicio Meteorológico Norteamericano.
A partir de la década del 50 las observaciones tuvieron una importancia estratégica para el desarrollo eficiente en el potencial de combate en una determinada zona (por ejemplo, el desembarco de Normandia el 6 de junio de1944. El Cap. Stagg -Jefe del Servicio de Meteorología de la época le comunicó un pronóstico donde mejoraban las condiciones meteorológicas en las costas de Normandia para esos días, lo que determinó la orden de Eisenhower en el desembarco de las tropas aliadas).
Evidentemente Stagg sabía que su pronóstico estaba fundamentado por una base de datos confiable de la zona y ésta fue obtenida sin duda a través de la observación meteorológica.
2. La sistematización en la actualidad.
La observación meteorológica a través de las redes de estaciones meteorológicas convencionales o de acuerdo a las características necesarias para la cual estarían instaladas se ha sistematizado desde principios del S.XIX; también se han creado dialectos especiales (códigos) para codificar las observaciones meteorológicas y además universalizado el uso de los mismos, cumpliendo con objetivos comunes bajo la instrucción y apoyo de la Organización Meteorológica Mundial (O.M.M)- organismo vocero de las Naciones Unidas (O.N.U) en cuanto al tiempo y el clima.
La O.M.M ha permitido el acceso e intercambio de la información entre los países miembros, dándole las garantías a aquellos que no tienen una infraestructura desarrollada a nivel tecnológico para acceder a estos de forma rápida y confiable, estos datos se obtienen a través una compleja red de observación:
1-Nueve satélites, 3.000 aviones, 7.300 buques, 100 boyas fijas y 600 boyas a la deriva, 10.000 estaciones de observación terrestres y 500 radares meteorológicos observan las condiciones meteorológicas de todo el planeta 24 horas al día.
2- Se distribuyen treinta mil informes y 2.000 mapas meteorológicos todos los días a través de una red mundial para facilitar previsiones meteorológicas con hasta una semana de antelación, así como previsiones estacionales útiles para diferentes actividades humanas, incluyendo alertas en caso de condiciones meteorológicas extremas.
3- Miles de estaciones hidrológicas contribuyen a la evaluación y al control de la calidaddelaguadulce.
4- Los datos registrados por 2.500 estaciones de observación climática.
Es un gran avance teniendo en cuenta que todos estos adelantos fueron en los últimos 60 años, y donde otras tecnologías hicieron posible tales adelantos, como ser la informática y la tecnología satelital y radar.
Pero teniendo en cuenta los grandes adelantos a nivel tecnológico, todavía hoy no se ha podido avanzar como se hubiera deseado en las observaciones meteorológicas de fenómenos extremos, sobre todo aquellas relacionadas a la formación de tormentas. Pocos países (Estados Unidos de Norteamérica, Australia y Canadá) han desarrollado sistemas de observación adecuados para observar y registrar este tipo de fenómenos.
Las observaciones meteorológicas tuvieron una gran adelanto a partir de las décadas del 40 y 50 en los países desarrollados (Estados Unidos de Norteamérica o Europa), e incluso se han formado organismos dedicados especialmente al monitoreo y estudio de este tipo de fenómeno (NSSL- National Severe Storms Laboratory), pero en el resto de los países del mundo esta sistematización es todavía una gran ausencia.
Una de las causas de esta falta de sistematización podría ser que los Servicios Meteorológicos Nacionales de estos países no lo ha considerado como una tarea en sus objetivos principales, donde sería viable ya que estas instituciones tienen la logística y los medios para hacerlo.
El PNUD en su informe mundial sobre desarrollo humano 2007-2008 para Uruguay, informó que en las próximas décadas aumentarán los eventos extremos (llámese lluvias y vientos intensos, tormentas y granizadas de gran intensidad, etc) tanto en frecuencia como en severidad, por lo tanto, se deberá de seguir trabajando en la línea de recopilar y analizar los eventos ocurridos y aprender de ellos con el objetivo de realizar pronósticos que tengan una mayor eficiencia a la hora de tomar decisiones con respeto al potencial de daño.
Este artículo tratará el tema de la recopilación de datos sobre este tipo de tormentas y los estudios que comprueban tales afirmaciones en Uruguay, en base a datos concretos de situaciones analizadas y el conocimiento adquirido de las mismas.
Resultados
En Uruguay el organismo institucional dedicado a la observación, registro y pronóstico es la Dirección Nacional de Meteorología la cual en estas últimas tres décadas ha perdido más del 40% de sus estaciones meteorológicas en su red, como también se evidencian similares deterioros en la red pluviométrica (un 50% de los pluviómetros se ha perdido en el departamento de Rocha), estos datos forman parte del último informe “Uruguay: diagnóstico del estado de la Reducción del riesgo de desastres” en junio del presente año (Este informe fue elaborado en diciembre de 2010 por la misión interagencial del Sistema de Naciones Unidas con el concurso de representantes de la CEPAL, OPS, PNUD, PNUMA, UNESCO y UNISDR).
Por lo tanto, bajo las actuales circunstancias parecería imposible una sistematización de observaciones meteorológicas especialmente para fenómenos severos (tormentas severas), la misma necesita cubrir la mayor área posible de nuestro país, ya que estos fenómenos se darían en la meso escala (meso alfa).
Una alternativa es a través del trabajo voluntario de las comunidades. En diversos países y continentes, las redes se han desarrollado rápidamente. En Mauricio, las observaciones meteorológicas sistemáticas comenzaron en 1774, y a mediados del siglo XX había en la isla una red de 250 estaciones pluviométricas, 10 estaciones
climatológicas y 25 estaciones agro meteorológicas, el 90% de ellas operadas por voluntarios.
Existe un potencial latente en nuestra sociedad de observadores meteorológicos voluntarios, y como resultado de eso, nació en el año 2008 el primer grupo de observadores meteorológicos voluntarios de fenómenos meteorológicos severos, el cual lleva como nombre (G.V.V.F.S: Grupo de Voluntarios para la Vigilancia de Fenómenos Severos).
El mismo tiene integrantes de varios departamentos (un integrante por departamento como mínimo), y se ha propuesto una forma de trabajo sistemática y sencilla a través de un formulario elaborado para realizar una rápida observación sin instrumentos.
Como se ve el formulario tiene como función ser un informe que detallaría algunos fenómenos meteorológicos ya conocidos pero que necesitarían ser registrados, para poder elaborar una base de datos.
No es necesario que los integrantes del grupo tengan una formación estrictamente técnica, pero si conocimientos básicos a nivel de escolaridad secundaria; todos fueron instruidos con cursillos de temas elementales para hacer una observación meteorológica sin instrumentos (estimación de la velocidad del viento a través de los objetos, clasificación de nubes, conceptos generales de Meteorología Sinóptica, etc).
Esta base de datos basada en informes presentados por Observadores Meteorológicos Voluntarios ha de pasar por varios filtros adquiriendo una categoría de muy confiable, confiable o parcialmente confiable. De estos informes también nacen estudios específicos sobre determinados fenómenos meteorológicos.
En países como Argentina y Brasil se han realizado registros de fenómenos severos pero de forma individualizada y con una cierta continuidad.
Registros y estudios de la Dra. Maria Luisa Altinger de Schwarzkopf en Argentina a partir de la década del 70 sobre fenómenos meteorológicos extremos (especialmente tornados y descendentes), o los estudios de Dr. Ernani de Lima Nascimento, Nelson de Jesús Ferreira y Isabela Peña de Marcelino en Brasil más recientes, han sido el camino a seguir para nuevos emprendedores en el estudio de esta temática.
La pionera Dra. Schwarzkopf ha demostrado a través de sus estudios las áreas geográficas con potencial formación de tornados, donde se puede apreciar que la parte suroeste de nuestro país estaría bajo el potencial de tornados categoría F3 y el resto F2.
Estudios nacionales confirman tales potenciales, destacándose los eventos de tornados significativos (mayor a F2) en los departamentos de Florida y Canelones.
El N.S.S.L (National Severe Storms Laboratory) de los Estados Unidos de Norteamérica publicó en el año 2003 un estudio buscando las zonas potenciales para la formación de tiempo severo como también la generación de tornados a nivel mundial, tomando en cuenta su larga experiencia en esta temática.
Los estudios concluyeron lo siguiente: que nuestra región tiene el potencial adecuado para la formación de tormentas que sean origen del tipo severo (granizo mayor a 2cm, vientos convectivos no tornádicos mayores a 50 kts o tornados y fuerte caída de precipitación en cortos períodos de tiempo), destacándose como la tercera región a nivel mundial más favorable para la ocurrencia de tormentas severas y como la segunda en la generación de tornados.
En este breve trabajo realizado por los Técnicos Meteorológos Cesar Vecino y Fernando Torena, se presentan las conclusiones finales del estudio realizado a un tornado que aconteció el 11 de agosto de 2008 en el pueblo de 25 de Mayo en el departamento de Florida.
- Al carecer de un radar meteorológico del estilo Doppler (especialmente el móvil, DOW), que permita –colocado en una buena posición – conocer su desplazamiento y estructura general (Wurman 2002, Bluestein 2003), se pudo llegar a la conclusión de que el fenómeno en cuestión fue un tornado gracias a los testimonios presenciales y daños registrados (fotografía).
- Haciendo referencia a un trabajo del Sr E.L.Nascimento, bajo el título “ La necesidad de una documentación mejorada de tormentas severas y tornados en Sudamérica” (traducción libre, el trabajo original se encuentra en inglés), se menciona por último la vital importancia que revisten las personas interesadas en dar testimonio de los sucesos que han vivido, o que puedan ser instrumentos de la observación cotidiana de la naturaleza (es decir, preparadas con el conocimiento básico de una observación meteorológica) para materializar una base de datos regional sobre eventos severos.
- Analizando a escala sinóptica se pudo determinar la presencia de ventilación en capas altas dada por el jet que se determinó en el wingrids; presencia de ondas cortas en 500 hPa, núcleo húmedo en niveles bajos generado por la corriente en chorro en capas bajas.
- A mesoescala, el elemento gatillador en este caso se determinó que fue la línea de inestabilidad junto con la presencia fundamental de la brisa de mar. Esta última le aporto a la región de estudio, la presencia de aire frío (descenso de temperatura, en un promedio de 6º en 20min), favoreciendo el incremento en superficie de la humedad específica.
- Con respecto a los fenómenos severos acaecidos en San José, se concluyóque se debió a un reventón descendente húmedo acompañado de una fuerte granizada; en Florida (25 de mayo) se formó un tornado con características
de EF2 (vientos entre 200 y 250 km/h aproximadamente).
Discusión.
Partiendo de unos de los objetivos del EIRD (Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres) cito textualmente a continuación:
“Mejorar el conocimiento científico sobre la reducción de desastres
Si más sabemos sobre las causas y consecuencias de las amenazas naturales y de los desastres tecnológicos y ambientales afines en las sociedades, mejor nos podremos preparar para reducir los riesgos. Al tomar en consideración a la comunidad científica y a los forjadores de políticas, ellos podrán contribuir y complementar el trabajo de cada sector”. (página web del EIRD)
La sistematización de una red de observación meteorológica para fenómenos severos, ya sea puramente institucional o con la participación activa de la sociedad, sería un gran paso para la obtención de una primera base de datos.
Con esta red estaríamos obteniendo conocimiento de las amenazas a las cuales estamos expuestos y además tomar una actitud proactiva en cuanto al tratamiento de los riegos.
La comunidad meteorológica en la región ha tratado de concientizar a las autoridades y a la sociedad en general a través de talleres, seminarios, trabajos científicos; cumpliendo también con otro de los objetivos del EIRD, “Incrementar la conciencia pública para comprender el riesgo, la vulnerabilidad y la reducción de desastres a nivel mundial” (página web del EIRD).
Conclusiones.
A nivel mundial se ha llegado a las mismas conclusiones con respecto a instrumentar una base de datos de fenómenos meteorológicos severos, como también la sistematización de una red de observación para tales fenómenos:
· Vigilancia: al tener un sistema de observación para estos fenómenos, el grado de acierto en cuanto a los pronósticos a corto plazo (menos de 6 hs) sería incrementado de forma sustancial.
· Advertencias meteorológicas: serían fundamentadas no tan solo por la predicción o la eventual observación de tal fenómeno, sino basada en la masividad de observaciones y regulada a través de un órgano competente que articule todos los actores técnicos y sociales.
Seguridad: la oportuna y eficiente información con respecto a la potencial inseguridad provocada por los fenómenos meteorológicos en una determinada zona, disminuiría el riesgo al tener un conocimiento efectivo de la amenaza a tiempo real
martes, 18 de octubre de 2011
lunes, 17 de octubre de 2011
El Uruguayito
Tormentas diarias sobre La Tierra
Cualquier día del año pueden producirse hasta 40.000 tormentas sobre toda la superficie terrestre.
Cada minuto se producen 6.000 relámpagos en el mundo. 100 rayos caen sobre la superficie terrestre cada segundo. Sobre Londres cae una media de 4.200 rayos al año.Eduardo M. Banús publicó en el grupo "CAMBIO CLIMATICO - DESARROLLO VERSUS SUTENTABILIDAD."
viernes, 14 de octubre de 2011
El lenguaje de las nubes
EN IMÁGENES | Las nubes, en 7 imágenes exclusivasEl lenguaje de las nubes
Cuando los cirros invaden el cielo se estima que en las próximas horas habrá un cambio brusco del tiempo y descenderá la temperatura. Los cirrocúmulos pueden preceder a las tormentas, los estratos anunciar un día gris en otoño y en verano una agradable jornada. Los nimboestratos traen lluvia en primavera y nieve en invierno. Las nubes tienen su propio lenguaje. Para entenderlo hay que contemplar el cielo y dejarse guiar. Pero mejor no confiarse. Lo que está escrito puede cambiar. Los paisajes del cielo son sólo bocetos.
Agua y hielo sostenidos en el aire
Las nubes se forman en la troposfera -la primera capa, de 17 kilómetros de longitud, de la atmósfera-, por el enfriamiento del aire. El vapor de agua, invisible, o las partículas de hielo, visibles, son tan ligeras que las corrientes las sostienen y aglomeran. La morfología en que se torna esa unión depende de las temperaturas de condensación. Cuando se produce a temperaturas inferiores a la de congelación, las nubes se forman con cristales de hielo; las que se generan en aire más cálido contienen gotas de agua. El movimiento del aire esculpe su desarrollo. En reposo, las nubes tienden a agruparse en capas horizontales; las fuertes corrientes las lanzan a ocupar un alto espacio vertical.
Su altitud en la atmósfera las define
Las nubes son renglones en el cielo. La ciencia meteorológica no les otorga gran importancia, ya que son escasas las conclusiones a las que conducen. Funcionan mal como heraldos y aunque confirmen hipótesis no sirven de instrumento para pronosticar el tiempo. Su formación, desarrollo y consecuencias son tan imprevisibles que lo único acordado por la Organización Mundial de la Meteorología como cierto es su tipología condicionada por el lugar que ocupan en la atmósfera: alta, media o baja. También se atiende a su formación vertical. Sus características dependen de estos parámetros.
Nubes altas, medias o bajas, verticales
Las nubes altas se ubican entre los siete y los 13 kilómetros de altura (un avión vuela a 10.000 metros de altitud). Estas nubes son puro hielo y se sostiene en temperaturas inferiores a 35 grados bajo cero. Entre los dos kilómetros y los siete aparecen las nubes medias, en las que el agua y el hielo se reparten por igual a una temperatura que va de los 35 grados negativos a los diez bajo cero. Las nubes bajas están cargadas de agua y no suben más allá de los dos kilómetros, y en ocasiones, su temperatura supera los cero grados. Cuando se pegan a la tierra las llamamos niebla.
Cirros, cúmulos y estratos
De estas tres formas fundamentales de nubes derivan los diez tipos que ilustran los cielos. Las nubes más lejanas son los cirros, los cirrocúmulos y los cirrostratos. Las primeras recuerdan a filamentos blancos y sin sombras, brochazos que pueden terminar invadiendo todo el cielo y bajar las temperaturas. Las segundas aborregan el cielo y anuncian tormentas. Las últimas tiñen la bóveda con un velo blanco que esconde el azul y el sol, preludian condiciones extremas: mucho frío o mucho calor.
Las nubes medias, llenas de agua
Los altocúmulos y los altoestratos son irregulares, las rompen numerosas estrías, se dibujan con muchas sombras y aunque no ocultan los rayos solares, esconden el sol. Las primeras parecen copos medianos y desordenados, y con frecuencia descargan agua. Las segundas se suceden delgadas y densas, muy manchadas y su lluvia, si cae, es fina y fría.
Las más cercanas, las más grises
Los nimboestratos, estratocúmulos y estratos son las nubes más cercanas, aquellas que podemos superar subiendo a la cima de una montaña. Son las nubes grises. Horizontales y tristes. Y aunque nos hablen de un día lluvioso, en numerosas ocasiones no descargan agua. De hecho, los estratocúmulos, esos cilindros interminables se convierten en nimboestratos, más oscuras y regulares, para comenzar a llover. Los estratos parece que se pegan a los tejados. Y llueve y no llueve. En verano se retiran cuando el sol comienza su viaje hacia el mediodía.
Dibujos en el cielo
Resulta difícil calcular a simple vista cuánto puede medir una nube que se desarrolla en vertical. Las hay que superan los cinco kilómetros. Los cúmulos son esas masas grandes y llenas de sombras, cuya forma muda de manera constante. Inofensivas si el aire está seco y tormentosas cuando hay humedad. Pero son los cumulonimbos, las que parecen montañas de vapor en cuya cima se forma hielo, las que derivan en tormentas intensas o traen el granizo. A ellas les debemos los dibujos del cielo. ¿Quién no ha jugado a descubrir castillos en el aire?
miércoles, 12 de octubre de 2011
Día Internacional de este año para la Reducción de Desastres se centra en que los niños y los jóvenes son socios en la reducción del riesgo de desastr
http://amigosdelviento.webs.com/apps/videos/videos/show/13711999-estudio-de-caso-uruguay-escuela-182